Comenzaremos
mencionando la metáfora
de Brian Weiss del Diamante:
"Es
como si dentro de cada persona se pudiera encontrar un gran diamante.
Imaginemos un diamante de un palmo de longitud. Ese diamante tiene
mil facetas, pero todas están cubiertas de polvo y brea. La misión
de cada uno es limpiar cada una de esas facetas hasta que la
superficie esté brillante y pueda reflejar un arco iris de colores.
Ahora
bien, algunos han limpiado muchas facetas y relucen con intensidad.
Otros sólo han logrado limpiar unas pocas, que no brillan tanto.
El
diamante es perfecto, sin un defecto. La única diferencia entre las
diferentes personas es el número de facetas que han limpiado. Pero
cada diamante es el mismo y cada uno es perfecto.
Piénsalo
así: Si un ser humano, un ser de tu misma especie lo ha logrado, tú
también puedes lograrlo! En mi opinión, lo único que nos
diferencia a unos de los otros es:
Nuestra percepción
Nuestra
conciencia del entorno, que viene dado por todo lo que hemos
aprendido de nuestros padres, educadores, etc. Esa percepción viene
dado por nuestras creencias y
genera unos pensamientos determinados
que van a nuestras células creando salud o enfermedad, carencia o
abundancia, miedo o amor.
Así
que te diría que si
tu entorno no te favorece, lo cambies! y
si no puedes cambiarlo (de momento), entonces cambia tu PERCEPCIÓN
del mismo.
Nuestros hábitos
Según
lo que hayamos aprendido a lo largo de toda nuestra vida tendremos
hábitos muy saludables y favorables para nuestra felicidad, o bien
hábitos perniciosos para nuestro bienestar.
Si
identificas un hábito
que no te favorece en tu vida, es el momento de cambiarlo! puedes
eliminarlo con intención, propósito y constancia, y poner en su
lugar hábitos que respeten y dignifiquen tu esencia impecable. Lo
que ya eres. Realmente tú eres el único que puedes.
Nuestras capacidades o talentos desarrolladas y por desarrollar
Yo
borraría la expresión, "No sé" de nuestro vocabulario, y
la cambiaría por un "No lo he aprendido aún" o un "No
sé aún cómo".
Una incapacita, la otra abre una puerta al
aprendizaje, al conocimiento, a la constancia y al tesón. Al
propósito de conseguir llegar a donde nos gustaría llegar.
¿Qué
talentos crees que necesitas?
Te aseguro que ya los tienes!!
Se
trata de pulir
nuestras facetas escondidas,
o con polvo por haber sido ignoradas, y hacer que brillen y se
expandan en múltiples colores. ¿Estás dispuesto? Porque, recuerda:
Eres un diamante, y eres perfecto.
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